Semántica Disensual en la Gestión Universitaria

LO QUE RECTOR, DECANO Y DOCENTE DEBERÍAN SABER

Por: Eduardo Elías Lasprilla

Epicteto, el filósofo griego, nos dejó dicho algo que la Post-Post-Modernidad ha ratificado de manera lapidaria. Me estoy refiriendo a esta bella perlita semántica: “Los problemas son lingüísticos.” Y si usted lo duda, permítame citarle a estos otros respetados pensadores, quienes, en torno al tema, así conceptuaron. Korzybski“Los mecanismos semánticos del hombre común funcionan de manera patológica.” Pániker: “Andamos embrutecidos en lo social y alienados en el lenguaje.” Hamann: “El lenguaje ordinario constituye el centro de los malentendidos de la Razón consigo misma.” Lacan“El lenguaje ordinario es el instrumento de la mentira.” Osho“El lenguaje es una invención para el mundo ordinario.” Antístenes“Toda nueva enseñanza debe comenzar por el estudio del lenguaje.” Puedo dar más testimonios, al respecto, pero considero, por el poco espacio con el que ahora cuento, que es suficiente, para un hombre inteligente, como lo espero de usted.

Donde más insoslayable es el conocimiento de la ontología disensual del lenguaje, es justamente en el campo universitario, dado que es allí donde se forman los profesionales que deben garantizar la buena marcha de la sociedad en su conjunto. Y como quiera que, enseñé durante 27 años, a ese nivel, pude percatarme, en vivo y en directo, de la supina pobreza del lenguaje de mis colegas, incluyendo decanos y rectores. En la televisión, los presentadores son del mismo bajo nivel y qué no podría decir de senadores, ministros y presidentes de nuestra república. Pues bien, es por ello por lo que pongo a la discrecionalidad del mundo académico, mis nueve tomos sobre semántica disensual y ¡ojalá estas líneas le induzcan al lector, de las mismas, su interés por el lenguaje disensual!

El lenguaje ordinario, por su propia naturaleza consensual, no nos permite llamar las cosas por sus nombres y, con ello, tampoco capturar relaciones válidas, que es la definición de pensar. Y para desgracia de todos, es el lenguaje que se usa a todos los niveles del Estado, la Academia y la Sociedad. Hemos arribado a la Era histórica más importante de todas, la Post-Post-Modernidad, en la que la farsa, la mentira y la hipocresía no van más. La retórica vacía de los políticos tampoco tendrá futuro. No hay de otra: o aprendemos a hablar disensualmente, o la tragedia no tendrá reverso. Y como el espacio, con el que aquí cuento, es tan reducido, termino con estas palabras: Sin la ontología de los enunciados básicos del lenguaje (afirmaciones, declaraciones, juicios, mandatos e interrogaciones) y de su correspondencia semántica, seguiremos inmersos en la Babel de siempre, donde todo termina resolviéndose a las patadas y a favor del que detenta el poder, porque el estúpido parloteo consensual termina siempre imponiéndose al sabio discurso disensual y así alea jacta est, como lo intuyeron los latinos hace siglos.

Semántica Disensual en la Gestión Universitaria – C.U.C.